Programa español de Radio Vaticana celebra aniversario con gratitud

Vatican News

El Salón Pío X del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede se vistió de fiesta este jueves 18 de diciembre. En un encuentro marcado por la cercanía y el agradecimiento, se llevó a cabo la tradicional ceremonia de intercambio de felicitaciones navideñas, un momento que trasciende lo institucional para convertirse en un abrazo entre quienes, día tras día, sostienen la misión de difundir la voz del Papa. La jornada no solo fue una pausa en la intensa labor informativa, sino un reconocimiento al corazón palpitante del Dicasterio: sus trabajadores.

La entrega de distinciones puso rostro y nombre al esfuerzo visible en muchos casos y silencioso en varios otros que hace posible el anuncio del Evangelio a través de las nuevas tecnologías y los medios tradicionales.

Uno de los momentos más emotivos de la mañana fue el homenaje a la Redacción Española de Radio Vaticana, así como al programa anglófono y francófono por sus respectivos aniversarios. Con el eco de nueve décadas de historia, se confirió una placa conmemorativa que celebra dos hitos fundamentales: los 90 años de la redacción (cumplidos en 2024) y el medio siglo de vida de su programa informativo (que se celebra en 2025). Estos aniversarios no son solo cifras, sino el testimonio de una fidelidad inquebrantable a la verdad y al servicio de la Iglesia en el mundo hispanohablante, adaptándose a los tiempos sin perder su esencia original.

Al recibir estos reconocimientos, el Padre Johan José Pacheco Colmenares, responsable de la sección, expresó su profunda gratitud en nombre de todo el equipo. Sus palabras resonaron como un compromiso renovado para seguir caminando juntos en la sinodalidad comunicativa, con una mención especial a la comunidad del programa, tanto quienes forman parte en la actualidad como quienes a lo largo de los años han integrado la estructura y contribuido a ella con su profesionalismo y pasión.

Tras el acto formal, los presentes compartieron un breve momento de convivencia, un espacio de diálogo sencillo y fraterno que reafirmó que, más allá de las pantallas y los micrófonos, el Dicasterio es, ante todo, una familia unida por el deseo de comunicar la alegría del Reino.