El Papa: unidad cristiana, diálogo y esperanza, desde Turquía y Líbano al mundo
Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano
En sus saludos después del rezo mariano del Ángelus, el Papa León XIV compartió sus impresiones sobre su reciente viaje apostólico, subrayando cómo la fe puede ser un motor de diálogo, unidad y esperanza incluso en contextos de desafío y fragilidad. El mensaje del Papa, cargado de esperanza y realismo, invita a todos los cristianos a renovar su compromiso con la unidad y a asumir la fe como motor de diálogo y servicio. Su viaje confirma que, incluso en contextos complejos, la presencia de la Iglesia y la acción de sus fieles pueden transformar la realidad, dando testimonio de que la esperanza y la paz son posibles.
Repasando los momentos más simbólicos
Uno de los momentos más simbólicos del viaje en Turquía fue la oración conjunta en Iznik, la antigua Nicea, junto al Patriarca Ecuménico Bartolomé y representantes de otras confesiones cristianas. Allí, el Pontífice recordó los 1.700 años del primer Concilio ecuménico y los 60 años de la Declaración conjunta entre Pablo VI y Atenágoras, que puso fin a las excomuniones recíprocas. “Demos gracias a Dios y renovemos nuestro compromiso en el camino hacia la plena unidad visible de todos los cristianos”, afirmó.
De este país, León XIV destacó la vitalidad de la comunidad católica local, que a través del diálogo paciente y el servicio a los que sufren, demuestra que el Evangelio se vive en la sencillez y en la cercanía a los más necesitados. “Es la lógica de Dios que se manifiesta en la pequeñez”, señaló el Papa.
La paz y la convivencia entre hermanos es posible
El viaje al Líbano dejó también una profunda impresión en el Pontífice. Describió al país como un mosaico de convivencia y solidaridad, donde personas comunes ejercen el Evangelio con acciones concretas: acogen a desplazados, visitan presos y comparten el pan con los necesitados. El encuentro con los familiares de las víctimas de la explosión en el puerto de Beirut lo conmovió particularmente. “Esperaban una palabra y una presencia de consuelo, ¡pero fueron ellos quienes me reconfortaron con su fe y entusiasmo!”, relató.
El Papa subrayó que esta experiencia demuestra que la paz es posible y que los cristianos, trabajando junto a hombres y mujeres de otras religiones y culturas, pueden construirla activamente. En un mundo marcado por conflictos y divisiones, Prevost insistió en que la fe es un puente, no un muro, y que la unidad y la reconciliación son frutos concretos que se pueden vivir cada día.
Cercanía del Papa por pueblos del sur asiático
El Papa León XIV expresó al final de sus saludos su cercanía por los pueblos del Sur y del Sudeste asiático, duramente afectados por los recientes desastres naturales.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí
