El Papa reza por las víctimas de los incendios en Los Ángeles
Antonella Palermo - Ciudad del Vaticano
Atento a la actualidad internacional, en los llamamientos posteriores a la oración mariana, el Papa comienza dirigiendo su pensamiento a los habitantes del oeste de Estados Unidos que viven el drama de la huida de los devastadores incendios:
Según la oficina del forense, hasta ahora se han encontrado once cadáveres en la zona devastada por el incendio de Eaton, cerca de la ciudad de Altadena, y cinco personas murieron en el incendio de Palisades, en el lujoso barrio de Pacific Palisades. También han llegado bomberos de México para ayudar a combatir los mortíferos incendios.
Acoger la vida
El Papa Francisco rezó el Ángelus desde el Palacio Apostólico tras presidir en la Capilla Sixtina el rito del Bautismo impartido a 21 hijos de empleados de la Santa Sede y de la Guardia Suiza. Recuerda la celebración con alegría e invita a rezar por ellos y sus familias. Y comparte una petición al Padre:
La invocación de la paz por intercesión del Beato Merlini
Los escenarios de la guerra siguen sembrando muerte y destrucción. En Ucrania, el ejército ruso reivindicó la toma de dos localidades en la línea del frente oriental, en la región de Donetsk. En Gaza, Hamás actualizó la cifra total de muertos palestinos en la Franja desde el 7 de octubre de 2023 a 46.565, tras sumar 28 víctimas en las últimas 24 horas. El número de heridos supera ya los 100.000. Entristecido y constantemente preocupado, Francisco funde el trabajo por la paz realizado en el siglo XIX por el sacerdote Giovanni Merlini, beatificado hoy en la basílica lateranense, con el deseo de paz, también a través de los nuevos beatos. «No olvidemos -reitera- que la guerra es siempre una derrota».
La beatificación en la basílica de San Juan de Letrán
El cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, presidió el rito en la basílica papal de San Juan de Letrán. Merlini fue un misionero que, al lado de San Gaspar Del Bufalo, trabajó sin descanso por la Reforma de los pueblos y la cultura del clero, promoviendo la predicación misionera en más de doscientas aldeas, pueblos y ciudades. «Aunque tuvo contactos con los grandes, siempre prefirió a los pequeños», recuerda la postuladora de la causa, sor Nicla Spezzati, que destaca sus cualidades de inteligencia de fe, mansedumbre y equidad. Se hizo cercano a los hombres de la montaña, a los bandoleros que, desde los primeros treinta años del siglo XIX, ensangrentaron las tierras pontificias. Los invitó «con honestidad y dulzura a la conversión de vida y, entrando en el corazón de la grave laceración social», se convirtió en mediador, incluso en situaciones extremas, con soluciones pacificadoras.
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