La Santa Sede en la Bienal de Arquitectura de Venecia: inaugurando procesos
Maria Milvia Morciano - Ciudad del Vaticano
«Para hacer frente a un mundo en llamas, la arquitectura debe ser capaz de aprovechar toda la inteligencia que nos rodea": con estas palabras, el arquitecto e ingeniero Carlo Ratti, comisario de la Bienal de Arquitectura de Venecia (Italia), introdujo el tema de la edición de 2025: Intelligens. Naturales. Artificial. Colectivo.
La Dicasterio de Cultura y Educación participa por tercera vez, este año con un pabellón denominado «Opera aperta», que desde este año tiene una sede permanente en el complejo de la Ex Casa di Santa Maria Ausiliatrice de Castello, un sestiere (barrio) de la ciudad lagunar.
Giovanna Zabotti, directora artística y vicepresidenta de Fondaco Italia, comisaria del Pabellón de la Santa Sede 2025, ha declarado: «En una Bienal dirigida por Carlo Ratti, cuyo tema es Intelligens, nuestro pabellón propone la idea de una inteligencia comunitaria. Nos preguntamos cómo podríamos responder a la misión y filosofía que el pabellón quiere expresar». Así nació el proyecto «Opera Aperta», fruto de una experiencia colectiva en la que participaron profesionales de todo el mundo: estudios de arquitectura mexicanos y españoles, colaboradores austriacos e italianos -muchos de ellos venecianos- y representantes de la Santa Sede. «Este esfuerzo conjunto», explica el comisario, «pretende recuperar no sólo un edificio, sino también un vínculo social. Como dijo el cardenal de Mendonça, citando las palabras del Papa Francisco: 'No necesitamos ocupar espacios, sino inaugurar procesos'». El pabellón de la Santa Sede es una verdadera obra de construcción, donde arquitectos, comunidades, asociaciones y visitantes de la Bienal se sitúan en un sistema».
Interpretación
«El tema de la restauración nos dio la oportunidad de trabajar en esta casa común nuestra», añade Zabotti. «La intervención afecta a un conjunto de edificios que llevan años vacíos. Intentamos devolver el sentido a este silencio, a través de un lenguaje arquitectónico de escucha y recuperación. No es tanto un pabellón para visitar, sino para habitar». Un aspecto que infundirá fascinación al espacio expositivo es que estará cubierto por un velo, «tendrá los ojos “vendados”, como un enfermo en tratamiento», explica el comisario, «pero se abrirá en los puntos de intervención. El visitante también vivirá una experiencia, al encontrarse con lenguajes universales como el arte, la recuperación, la restauración. Se recuperará un altar del siglo XVIII y los trabajos de restauración se llevarán a cabo día a día bajo la mirada del público. Además, se ha reservado un papel especial a la música: muchos espacios estarán dedicados a jóvenes músicos de Venecia y de todo el mundo que visitarán el Pabellón. Reservando con antelación, recibirán instrumentos y podrán tocar. «Este lugar estará habitado por la música, por la restauración, por la arquitectura, pero sobre todo por quienes viven estos espacios: asociaciones, visitantes, comunidades», explica además Giovanna Zabotti.
Los protagonistas del proyecto
Los estudios invitados son Tatiana Bilbao Estudio, de Ciudad de México, y el colectivo MAIO. La presencia femenina será numerosa y éste es un aspecto muy importante. «Proponemos un pabellón que es también una visión de futuro: una reflexión concreta sobre cómo la Iglesia puede contribuir a trazar nuevas pautas en la arquitectura», continúa Giovanna Zabotti, que concluye: «Se trata de una verdadera investigación, una acción de cuidado, de reparación. Queremos activar procesos que acerquen a las personas, recuperando la memoria de quienes habitaron estos lugares y ofreciéndola a quienes deseen vivirla hoy». Opera Aperta «no es un título casual: es una obra real, también desde el punto de vista social».
Inteligencia comunitaria
El Cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio de Cultura y Educación, explicó que «la Bienal de este año no trata sólo de la inteligencia artificial, sino de la inteligencia en sentido amplio: humana, natural, colectiva. Nuestro Pabellón reflexiona sobre la inteligencia comunitaria, a menudo descuidada, pero fundamental. Juntos somos más inteligentes: activamos entendimientos y deseos que, solos, no podríamos generar». Esta reflexión está profundamente inspirada en la encíclica Laudato si', de la que este año se cumplen diez años. «Las palabras del Papa Francisco -explica además el cardenal- son una guía concreta: 'Lo importante no es colonizar espacios, sino inaugurar procesos'. Dos palabras son centrales en nuestro pabellón: restaurar y reparar». Y el prefecto explica el significado de estas dos palabras: «Restaurar un edificio que ha estado cerrado durante años significa curar sus heridas, pero también abrirlo a la vida y a las relaciones. Reparar es también cuidar del barrio, de las asociaciones locales, de los vínculos entre las personas, entre lo local y lo internacional».
Manos y corazones
«Cuidar un objeto antiguo, repararlo y abrirlo al mundo es un acto generacional», observa finalmente de Mendonça. «El edificio que alberga el pabellón fue el primer hospital de peregrinos de Venecia: hoy vuelve a la vida, implicando a personas de todas las edades. El Papa Francisco nos recuerda que existe una inteligencia de manos y corazones, no sólo de la mente. Con las manos, la cabeza y el corazón, juntos construimos una experiencia social y cultural. 'Opera Aperta' es una invitación a la acción, una apertura al mundo».
Proceso de reparación
«Nos complace proponer una idea radical, que centra la arquitectura como un proceso de reparación», comentó la arquitecta Tatiana Bilbao, que preside el Bilbao Estudio, llamado a colaborar en “Opera Aperta”. «No se trata sólo de la reparación física de los espacios, sino también de la reparación social, en diálogo con la comunidad de Castello».
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