Gallagher: Senegal es un modelo ejemplar de coexistencia religiosa pacífica
Olivier Bonnel - Ciudad del Vaticano
Senegal se confirma como un ejemplo de “coexistencia pacífica entre personas de diferentes tradiciones religiosas y culturales” en un mundo “que necesita desesperadamente una paz duradera”, donde las diferentes confesiones pueden ofrecer su contribución yendo “más allá de la visión de la diplomacia limitada a intercambios gubernamentales o acuerdos políticos”. Así lo subrayó Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales de la Santa Sede, en un mensaje dirigido a los participantes en el simposio internacional organizado por la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar, principal universidad de la capital senegalesa, celebrado los días 7 y 8 de abril.
Aunque no pudo asistir en persona por dificultades de agenda, Gallagher quiso enviar un mensaje para agradecer a Senegal su compromiso en la promoción de la coexistencia religiosa al servicio de la paz, recordando lo que la Santa Sede entiende por "diplomacia religiosa".
Fomentar el diálogo interreligioso
“La coexistencia pacífica entre personas de diferentes tradiciones religiosas y culturales es una realidad significativa en Senegal”, afirma el arzobispo, rindiendo homenaje al califa de Bambilor, en la región de Dakar, Thierno Amadou Ba, figura muy respetada en el país por su compromiso con la paz y el diálogo, quien visitó el Vaticano el pasado 22 de febrero. En esa ocasión, Gallagher recordó cómo Senegal representa un modelo ejemplar de coexistencia religiosa pacífica. El arzobispo, en su mensaje, elogia al país africano, donde “musulmanes, católicos, protestantes y seguidores de religiones tradicionales conviven en notable armonía dentro de la misma familia”, una situación que “favorece el diálogo interreligioso y merece ser preservada”.
La religión, el «pilar» de la paz
“El mundo necesita desesperadamente una paz duradera, no sólo un cese temporal de la violencia”, reiteró Gallagher. En este contexto, la Iglesia Católica se compromete a demostrar que la religión no es un “obstáculo para la paz”, sino un “pilar” fundamental de ella. Según el arzobispo, la contribución de las diversas confesiones a la diplomacia implica “ir más allá de una visión limitada a los intercambios entre gobiernos o a los acuerdos políticos”. La diplomacia religiosa, según la visión católica, se basa “en las perspectivas éticas y morales que ofrecen las tradiciones religiosas”, y tiene como objetivo influir en las relaciones internacionales no a través del poder político o militar, sino a través de la capacidad de “tocar los corazones y las mentes de los individuos”.
Un "nuevo impulso" para el futuro
El simposio, que reunió a embajadores y representantes de diferentes denominaciones religiosas, tuvo como objetivo “estructurar una reflexión académica y espiritual sobre el papel de las religiones en la construcción de la paz y la mediación de conflictos”, según la invitación oficial de la universidad. El mensaje del Secretario Vaticano fue leído por Monseñor Waldemar Stanisław Sommertag, Nuncio Apostólico en Dakar. “Aquí la gente presta mucha atención a lo que dice la Iglesia”, explicó Sommertag, enfatizando cómo esta conferencia representa “un nuevo impulso para el futuro”. El nuncio también informó de la intención del Califa de Bambilor de “regresar a Roma” y recordó que, por primera vez, el 1 de febrero fue invitado al Bambilor Ziarra, una ceremonia religiosa musulmana que cada año reúne a miles de fieles.
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