La cruz, vía del verdadero discípulo

Proclamar a Cristo significa mostrar que creer en Él y seguirle no sólo es verdadero y correcto, sino también hermoso. En el corazón del Evangelio está la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado. Inspirándose en estas palabras del Papa Francisco, para vivir la Cuaresma y la Pascua continúa la colaboración entre Vatican News y la Biblioteca Vaticana: cada semana una obra maestra de las colecciones papales acompañada de las palabras de los Papas.

Paolo Ondarza - Ciudad del Vaticano

La imagen que proponemos esta semana procede de un grabado a buril realizado entre 1596 y 1598 por Hendrick Goltzius y conservado en la Biblioteca Vaticana. El autor, pintor holandés que vivió entre 1558 y 1617, fue uno de los primeros grandes grabadores holandeses del primer Barroco: el llamado Manierismo del Norte. Es conocido por su sofisticada técnica y la "exuberancia" de sus composiciones.

El grabado que representa a Jesús llevando la cruz procede de la famosa serie de la Pasión de Cristo, compuesta por doce grabados, donada a San Juan Pablo II por el alcalde de París durante una audiencia privada en el Vaticano en 2003. Forma parte de las adquisiciones del Gabinete de la Gráfica, cuyas colecciones se enriquecen constantemente gracias a donaciones, legados y compras.

Goltzius, Hendrick, 1558-1617, Jesús llevando la cruz/ HG. BAV, Stampe.IV.159, pl. 9, © Biblioteca Apostólica Vaticana (© Biblioteca Apostolica Vaticana)

“Dirigiéndose después a todos, Jesús añade: «Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz, y me siga» (v. 24). De este modo Él indica el camino del verdadero discípulo, mostrando dos actitudes. La primera es «renunciar a sí mismos», que no significa un cambio superficial, sino una conversión, una inversión de mentalidad y de valores. La otra actitud es la de tomar la cruz. No se trata solo de soportar con paciencia las tribulaciones cotidianas, sino de llevar con fe y responsabilidad esa parte de cansancio, esa parte de sufrimiento que la lucha contra el mal conlleva. La vida de los cristianos es siempre una lucha. La Biblia dice que la vida del creyente es una milicia: luchar contra el espíritu malo, luchar contra el Mal.”

(Papa Francisco, Ángelus del 30 de agosto de 2020)

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