Presidente del CELAM: La fe nos llama a reconstruir el tejido social
Lorena Pacho Pedroche
El reciente asesinato en Honduras del defensor de los derechos humanos y ambientales, Juan Antonio López, responsable diocesano de la pastoral social de la diócesis de Trujillo cuando salía de la parroquia conmocionó a la sociedad latinoamericana. Y puso de manifiesto el valor de la labor que desarrollan tantos hombres y mujeres que arriesgan su propia vida protegiendo las vidas de los demás.
La muerte de López también puso en evidencia la vulnerabilidad a la que se enfrentan los defensores de derechos humanos y los líderes que protegen la ‘casa común’, no solo en Honduras, sino en toda América Latina. Muchos de ellos se inspiran en las enseñanzas del Papa Francisco en Laudato si’, Laudate Deum y Fratelli tutti. La Iglesia católica no quiere dejarlos solos.
Por eso, un conjunto de organizaciones sociales, religiosas y civiles, lideradas por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), con el apoyo del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y de la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL), han sumado esfuerzos para poner en marcha la campaña “La vida pende de un hilo”, con el propósito de activar acciones que promuevan la solidaridad, la protección y el reconocimiento de la labor de los defensores de derechos humanos, líderes sociales y actores cívicos en América Latina y el Caribe. Esta iniciativa, que tiene como lema “Tejiendo futuros, protegiendo vidas”, se presentó el lunes 9 de diciembre en una conferencia de prensa en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En la presentación, el cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral subrayó el valor “del diálogo, la fraternidad y la amistad social para resolver conflictos”. Y señaló que “nos corresponde a todos, hacernos cargo de nuestros hermanos, sobre todo los más vulnerables, y del cuidado de la casa común”. Y resumió el motor de esta campaña: “La vida es un don sagrado de Dios. No podemos ser indiferentes ante la vida amenazada de quienes defienden los derechos humanos y ambientales ¡No podemos dejarlos solos!”
La iniciativa busca visibilizar casos emblemáticos de defensores de derechos humanos y ambientales que trabajan en ambientes tan sensibles como el relacionado con el modelo extractivista; la limitación en la libertad de expresión y la participación ciudadana; los conflictos armados internos; y el freno a las mujeres defensoras de derechos humanos y su rol en la política.
El objetivo es impulsar acciones concretas frente a la indiferencia social, la desarticulación institucional, la fragilidad de los sistemas de protección, y la impunidad ante los crímenes cometidos.
El Cardenal Jaime Spengler, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en la presentación señaló que “la sangre de cientos de líderes asesinados en América latina y el caribe clama justicia y no podemos permanecer indiferentes, tenemos el deber de acompañarlos en sus esfuerzos y de denunciar la cultura de la muerte”. Y recordó que “la fe que nos une nos llama a reconstruir el tejido social con acciones de sensibilización y de visibilización de las luchas de los defensores de los derechos humanos y ambientales”.
La Dra. Emilce Cuda, Secretaria de la PCAL, en su intervención resaltó que “todo lo que hace la iglesia no lo hace por política ni por economía, lo hace por el Evangelio”. Y señaló que la encíclica Fratelli tutti, del Papa Francisco “ofrece una valiosa herramienta para defender estas vidas que penden de un hilo”, que es el diálogo social: “que consiste en que las partes se sienten y pongan sobre la mesa el conflicto para hacerlo visible, para negociar mejores condiciones y sacarlas adelante”.
La campaña estará activa hasta el 10 de diciembre de 2025, coincidiendo con el Jubileo de la Esperanza. Los organizadores confían en que este proyecto ayude a que la cultura de la vida prevalezca ante las espirales de violencia.
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