Siria celebra por primera el Día de los Derechos Humanos
Stefano Leszczynski – Ciudad del Vaticano
Tras 14 años de guerra y una de las peores crisis migratorias del mundo, tres millones de personas han regresado a sus comunidades desde el inicio de la transición. Sin embargo, el regreso suele ser traumático: infraestructuras destruidas, hospitales inadecuados, servicios esenciales intermitentes y escasas oportunidades laborales dificultan la reconstrucción de la vida cotidiana.
El deseo de cambio
La celebración del Día de los Derechos Humanos representa una señal de apertura y un paso simbólico hacia una nueva era para Siria. Sin embargo, junto con el progreso institucional y la voluntad política declarada, las heridas del conflicto y la responsabilidad por los horrores del pasado aún pesan profundamente.
Según Mohammad Al Nsour, jefe de la Sección de Oriente Medio y el Norte de África del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el día representará "un nuevo capítulo" en las relaciones con Damasco y un paso significativo hacia la reconstrucción del país. Por primera vez, la ONU cuenta con un equipo permanente desplegado en la capital, tras años en los que el gobierno anterior negó cualquier acceso a los organismos de supervisión.
El apoyo del Consejo de Seguridad
Una delegación de representantes de los Estados miembros del Consejo de Seguridad de la ONU realizó una visita histórica a Damasco, la primera desde 1945, reafirmando su apoyo a la soberanía y la unidad del país. Samuel Zbogar, Representante Permanente de Eslovenia, enfatizó que la misión busca generar confianza y guiar a Siria hacia un futuro más estable, con especial énfasis en la justicia, la reconciliación, la inclusión política y el desarrollo económico.
Todavía quedan muchas heridas abiertas
Una investigación reciente de la cadena pública alemana NDR reveló una base de datos de 70.000 fotografías de los archivos de la policía militar de Damasco: imágenes que documentan la tortura y las ejecuciones sistemáticas en las cárceles del régimen, derrotado en 2024. Las imágenes incluyen 10.212 cadáveres —hombres, mujeres y menores—, muchos de los cuales muestran claros signos de desnutrición, violencia y maltrato. El descubrimiento de los archivos de la policía secreta representa un duro golpe para quienes han perdido noticias de familiares y conocidos desaparecidos durante la represión, pero al mismo tiempo ofrece la oportunidad de devolver un atisbo de verdad a las víctimas.
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