Estados Unidos, crece la polémica sobre la «guerra» contra el narcotráfico
Valerio Palombaro - Ciudad del Vaticano
Aumenta la polémica en Estados Unidos sobre las controvertidas operaciones militares para combatir el tráfico de drogas en el mar Caribe y el Pacífico oriental. Esta «guerra contra el narcotráfico», que está agravando las tensiones que existen desde hace tiempo con la Venezuela de Nicolás Maduro, ya ha dado lugar a más de 20 redadas contra embarcaciones de presuntos narcotraficantes, causando al menos 82 muertes confirmadas.
Caos en el departamento de guerra
En Washington se ha desatado una tormenta política: en el centro de las acusaciones, que provienen tanto de la oposición demócrata como de algunos representantes republicanos, se encuentra el secretario de Estado de Guerra, Pete Hegseth. El diario «Washington Post» ha informado sobre algunos detalles relacionados con los ataques llevados a cabo por la Marina estadounidense en el mar Caribe el pasado 2 de septiembre, en los que murieron 11 presuntos narcotraficantes. Hegseth ha sido acusado de dar el visto bueno a un segundo ataque con misiles que también mató a dos supervivientes del primer ataque. Posteriormente, la Casa Blanca intentó defender a Hegseth, desviando la atención hacia el comandante de la operación, el almirante Frank Bradley, quien habría tomado una decisión definida como «correcta en cualquier caso».
La cadena de mando militar
El presidente, Donald Trump, declaró que él personalmente no habría ordenado el segundo ataque. Hegseth, durante una reunión del Gobierno el martes en la Casa Blanca, dio su versión de los hechos: «Asistí al primer ataque, pero no vi supervivientes. Me alejé y dos horas después me enteré del segundo. El almirante actuó correctamente y tiene mi apoyo». De ahí su referencia a la «niebla de la guerra» (fog of war), que dificultaría la percepción de lo que ocurre en operaciones complejas y rápidas a lo largo de la cadena de mando militar. Pero, por otra parte, lo ocurrido parece contradecir incluso las previsiones del manual de derecho de guerra del Pentágono, que dice: «Las personas que han quedado inconscientes o incapacitadas por heridas, enfermedades o naufragios, hasta el punto de no poder seguir luchando, están fuera de combate».
Un grupo bipartidista de diputados y senadores calificó el episodio del segundo ataque cercano como un posible «crimen de guerra» y pidió claridad; mientras que ayer se presentó en el Senado de Washington una resolución que obligaría a la aprobación del Congreso cualquier decisión sobre el uso de la fuerza militar contra Venezuela. «Los estadounidenses no quieren verse arrastrados a una guerra interminable sin debate público», declaró el senador Tim Kaine.
La postura del arzobispo Broglio
El arzobispo Timothy Broglio, ordinario militar de los Estados Unidos y expresidente de la Conferencia Episcopal Estadounidense, también se pronunció ayer sobre el asunto: «Como nación —dijo— debemos asegurarnos de que el uso de la fuerza militar sea ético y legal». Tras reconocer como «tarea necesaria y loable» el desmantelamiento de las redes criminales que introducen drogas ilegales en Estados Unidos, Broglio declaró que «en la lucha contra las drogas, el fin nunca justifica los medios, que deben ser morales, de acuerdo con los principios de la teoría de la guerra justa y siempre respetuosos con la dignidad de toda persona humana». «Nadie puede ordenar cometer un acto inmoral», añadió el prelado, señalando que sería «una orden ilegal e inmoral matar deliberadamente a los supervivientes de una embarcación que no supone ninguna amenaza letal inmediata para nuestras fuerzas armadas».
Respetar la dignidad humana
Según Broglio, existe una «vía legal» para combatir el tráfico ilícito de drogas: la Guardia Costera tiene la autoridad de interceptar las embarcaciones y detener a los presuntos narcotraficantes, que luego deberán enfrentarse a un juicio justo ante los tribunales. «El estado de derecho debe guiar todas las acciones; abandonar el juicio justo socava los derechos humanos, erosiona la confianza pública y corre el riesgo de dañar a personas inocentes», afirmó el militar estadounidense, invitando a «procedimientos legales transparentes, responsabilidad y respeto por la vida». Por último, recordando la larga tradición de Estados Unidos como «guía del mundo libre», Broglio señaló que «no podemos empañar esa reputación con acciones cuestionables que no respetan la dignidad de las personas y el estado de derecho». «Cuando permitimos que la ley moral guíe nuestras acciones, no solo protegemos a los inocentes, sino que también protegemos a nuestros hombres y mujeres uniformados», concluyó el arzobispo, según el cual se trata de principios acordes con la Constitución y válidos para cualquier formación política.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí