Rusia no se cierra al alto el fuego en Ucrania
Guglielmo Gallone - Ciudad del Vaticano
No hay cerrazón, pero sí mucha cautela. Este es el mensaje lanzado por el presidente ruso, Vladímir Putin, quien dijo estar «de acuerdo con la propuesta de alto el fuego para poner fin a las hostilidades» surgida en las conversaciones mantenidas en Yeda entre Ucrania y Estados Unidos, pero advirtió que «debe conducir a una paz duradera y debe eliminar las causas profundas de la crisis».
Las dudas de Putin
En concreto, durante la rueda de prensa celebrada con motivo de la visita del presidente de Bielorrusia, Aljaksandr Lukašėnka, el presidente ruso enumeró una serie de cuestiones críticas, empezando por el destino de los soldados ucranianos cercados en Kursk, donde «la situación está completamente controlada por las fuerzas rusas» y «las tropas ucranianas sólo tienen dos opciones, rendirse o morir»: «¿Debemos liberar a los soldados ucranianos después de que hayan cometido numerosos crímenes contra civiles en esa zona, o las autoridades ucranianas les ordenarán que se rindan? ¿Qué ocurrirá? No está claro». Putin se preguntó a continuación cómo «se gestionarán otros aspectos a lo largo de la línea de contacto de dos mil kilómetros» porque «las fuerzas rusas están avanzando en prácticamente todas las partes de la línea de contacto y se dan todas las condiciones para asediar unidades bastante grandes. Aún más importante es saber quién hará cumplir el alto el fuego, es decir, dijo Putin, «¿quién dará las órdenes de cesar las hostilidades? ¿Quién decidirá si se ha producido una violación del posible acuerdo de alto el fuego a lo largo de 2.000 kilómetros y quién será considerado responsable?».
Diálogo entre las partes
Para abordar estas incógnitas, el presidente ruso reiteró la necesidad de un estudio cuidadoso y meticuloso por «ambas partes». Concluyó diciendo que «la idea es buena y la apoyamos absolutamente, pero hay aspectos que tenemos que discutir y creo que tendremos que negociar con nuestros colegas y socios estadounidenses, quizás con una llamada telefónica al presidente Trump». En este sentido, Putin reiteró la centralidad de Oriente Medio y los países del Golfo a través de una conversación con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, durante la cual «expresó un gran aprecio por los esfuerzos de mediación de Arabia Saudí». Bin Salman respondió subrayando la importancia de resolver la crisis ucraniana y se mostró dispuesto a «seguir contribuyendo a la normalización de las relaciones ruso-estadounidenses».
La reacción de Trump
Desde Washington, el presidente estadounidense, Donald Trump, en una rueda de prensa conjunta con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, consideró la declaración de Putin «muy prometedora» pero «incompleta». Trump añadió a continuación que sería «un momento muy decepcionante para el mundo» si Rusia rechazara un plan de paz en el conflicto de Ucrania, por lo que «me gustaría reunirme con Putin y hablar con él, pero tenemos que darnos prisa». En este sentido, parece crucial la visita de Stephen Witkoff, enviado especial del presidente estadounidense, quien, tras viajar a Moscú para reunirse con Putin, «transmitió información y nuevas señales al presidente Trump», según ha informado el Kremlin.
Ucrania en la encrucijada
Las palabras del presidente ruso, sin embargo, provocaron la reacción de su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenski, según el cual «Putin quiere rechazar la propuesta estadounidense de un alto el fuego de 30 días con Ucrania. Para lograrlo, plantea exigencias imposibles». Kyiv sigue sufriendo la situación sobre el terreno, como demuestra la orden de evacuación obligatoria de ocho pueblos cercanos a la frontera con la región rusa de Kursk.
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