La esperanza permanece en Gaza, aunque hace falta de todo
Stefano Leszczynski – Ciudad del Vaticano
La ONU está cada vez más preocupada por la escalada de las emergencias humanitarias en Oriente Medio. Las crisis superpuestas en Siria, Líbano, Cisjordania y, por supuesto, la Franja de Gaza requieren cada vez más recursos financieros y esfuerzos operativos para hacerles frente. A nivel regional, se calcula que se necesitan al menos cuatrocientos sesenta y cuatro mil millones de dólares para proyectos de asistencia y cooperación humanitaria primaria.
La situación también empeora en la Franja de Gaza, que permanece completamente aislada de cualquier tipo de ayuda a pesar de los acuerdos de tregua y sin electricidad. Describiendo las dramáticas condiciones en las que se encuentra la población palestina de Cisjordania estuvo recientemente el director de la UNRWA, Philippe Lazzarini, que describió la zona como «un campo de batalla».
Violencia y desplazamientos forzosos en Cisjordania
«Una valoración absolutamente correcta – afirma en declaraciones a los medios vaticanos Marta Lorenzo, directora de la oficina para Europa de la UNRWA, con sede en Bruselas – también porque ahora mismo todo el mundo está centrado en lo que ocurre en Gaza y en las negociaciones para la liberación de los rehenes, pero nadie está viendo el nivel de violencia y desplazamientos forzosos en Cisjordania, algo que no se veía desde 1967».
Al menos cuarenta mil personas han tenido que huir de sus casas, según informan trabajadores de la UNRWA, que hablan de una destrucción sistemática y a gran escala de las viviendas de los palestinos. También se han cerrado las escuelas gestionadas por la agencia de la ONU para los palestinos.
«También tuvimos que replantearnos nuestras operaciones en el sector sanitario recurriendo a clínicas móviles – explica Marta Lorenzo – porque nuestros pacientes ya no disponían de centros de referencia. Lo mismo ocurre con la ayuda de emergencia, para la que distribuimos colchones, almohadas, kits de cocina. Todo el mundo necesita de todo».
El jueves 30 de enero entraron en vigor en Israel las leyes que prohíben a la UNRWA, la agencia de la ONU responsable de proporcionar ayuda humanitaria a los refugiados palestinos, operar en el país. Las leyes fueron aprobadas en octubre del 2024 por amplia mayoría por la Knesset, el Parlamento israelí, y prohíben a todas las entidades israelíes colaborar de cualquier modo con la agencia. Se aplican al territorio israelí, pero también afectan a los territorios que Israel ocupa militarmente, como gran parte de Cisjordania y Jerusalén Este.
«El primer efecto de la entrada en vigor de las leyes de la Knesset fue la revocación de los visados de nuestro personal internacional que opera en Jerusalén Este, que tuvimos que evacuar», explica el director de la Unrwa para Europa. Como consecuencia, nuestra sede en Jerusalén Este ya no es operativa, se ha vaciado y nuestro personal ha tenido que marcharse. Sin embargo, la buena noticia es que aún hemos decidido mantener abiertas nuestras escuelas y centros de salud, a menos que nos obliguen a cerrarlos por la fuerza».
Ayuda a la población de Gaza
A pesar de la prohibición de operar en territorio israelí, la agencia de la ONU para los palestinos ha conseguido garantizar una mínima presencia internacional en la Franja de Gaza, donde las necesidades humanitarias de la población civil son enormes. «La situación es un poco paradójica, en realidad – dice Marta Lorenzo – porque durante los primeros días de la tregua e inmediatamente después, conseguimos traer unos 200 camiones de ayuda humanitaria y distribuirla».
En Gaza, la UNRWA ha conseguido distribuir tiendas de campaña para más de sesenta y cuatro mil personas, pero no es suficiente y muchas familias se ven obligadas a compartir hacinamientos sin agua potable ni electricidad.
«Aunque la situación humanitaria es muy grave, lo poco que conseguimos hacer sirve para mantener un mínimo de esperanza en el futuro», dice Marta Lorenzo.
Para hacer frente a la emergencia humanitaria en Gaza, el UNRWA ha calculado que se necesitan al menos un millón setecientos mil dólares y el problema de la financiación es cada vez más acuciante.
Llamamientos del Papa
«Las dificultades son inmensas y hay mucha gente sufriendo. Pero – dice la directora Lorenzo – recibimos un gran aliento de personas como el Papa Francisco. Con sus palabras y sus constantes llamamientos en favor de la paz, creo que Su Santidad ha despertado en la humanidad la necesidad de proteger a las personas en apuros. Lo que necesitamos es la determinación y el coraje de personas como Su Santidad para contrarrestar este ciclo de violencia que lleva décadas produciéndose en Oriente Medio. Estamos muy agradecidos por lo que está haciendo, incluso en estos momentos de gran sufrimiento para él».
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