Gana el que desiste, un proyecto para combatir la ludopatía
Federico Azzaro - Ciudad del Vaticano
El juego roba a los italianos casi ochenta y cinco mil millones de euros al año, con un gasto que a menudo supera el de la alimentación, la calefacción y la asistencia médica. En el banquillo de los acusados están las máquinas tragamonedas, las tarjetas rasca y gana, las apuestas y los concursos de premios. Una situación que sigue sin encontrar medidas adecuadas para combatirla y prevenirla. De ello se habló en Roma en la presentación del proyecto «Vince chi smette».
El engaño del juego
Los expertos que intervinieron en la presentación del proyecto «Vince chi smette» insistieron en la necesidad de distinguir el concepto de juego del fenómeno de la ludopatía. Si el juego es una actividad recreativa y educativa, la ludopatía, en cambio, es una actividad cuyo objetivo es el beneficio, en la que las ganancias y las pérdidas vienen determinadas exclusivamente por el azar, sin ninguna habilidad o pericia por parte del jugador. Desde 2013, la ludopatía está reconocida como una patología, con consecuencias devastadoras no solo para el individuo, sino también para su familia y su entorno laboral.
Declaraciones de los ponentes
Don Marco Pagniello explicó cómo uno de los objetivos prioritarios del proyecto es concienciar sobre los riesgos de la ludopatía, que nunca es un juego. «Liberar a las personas de la adicción significa devolverles su dignidad», afirmó. Sobre la necesidad de invertir más recursos para luchar contra el fenómeno de la ludopatía, el sociólogo Maurizio Fiasco reclamó más medios para combatir esta forma de adicción que «está estrechamente ligada a otras formas de adicción».
Una llamada a la concienciación
La idea de que el juego es inofensivo si se consume en pequeñas dosis es engañosa, explica el economista Luigino Bruni, quien reitera que no se trata sólo de una cuestión patológica, sino de un problema económico, civil y espiritual. Y precisamente por eso es necesario formar una conciencia colectiva para contrarrestar y prevenir la ludopatía. Sensibilizar a la opinión pública es el primer paso para atajar un problema que, sin una intervención adecuada, seguirá cobrándose víctimas silenciosas en nuestra sociedad.
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