RD Congo, el obispo de Uvira: Los desplazados mueren de hambre
Giada Aquilino - Ciudad del Vaticano
Al menos 85.000 personas han huido a Burundi debido a los últimos hechos de violencia del M23 en Kivu del Sur, al este de la República Democrática del Congo. A principios de diciembre, el grupo armado, que lucha con el ejército de Kinshasa y cuenta con el apoyo, según la ONU y diversos informes internacionales, de Ruanda, que, sin embargo, niega cualquier irregularidad, lanzó una nueva ofensiva en la provincia. UNICEF ha informado de que los últimos ataques han provocado el desplazamiento total de al menos 500.000 personas, incluidos 100.000 niños. «Desde Bujumbura y sus alrededores, así como desde Rumonge, las noticias que nos llegan se refieren a las terribles condiciones en las que viven los congoleños, hacinados en campos de refugiados, otros en estadios y espacios abiertos, expuestos a las inclemencias de esta temporada de lluvias, sin mantas, alimentos ni medicinas», declaró a los medios del Vaticano monseñor Sébastien Joseph Muyengo Mulombe, obispo de Uvira, ciudad a orillas del lago Tanganyika, fronteriza con Burundi. Los rebeldes entraron en la ciudad la semana pasada después de haber conquistado la capital de Kivu del Sur, Bukavu, en febrero, y la de Kivu del Norte, Goma, en enero, en un contexto de inestabilidad y de guerra que asola la zona desde hace más de treinta años.
El acuerdo firmado en Washington y las acusaciones de violaciones
El viernes pasado, el embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Mike Waltz, denunció específicamente la amplitud y sofisticación de la intervención de Ruanda en Kigali, al este del Congo, donde, según informes, se desplegaron entre 5.000 y 7.000 soldados. Inmediatamente después, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, describió a Ruanda como una "clara violación" de los acuerdos firmados el 4 de diciembre, cuando, bajo la égida del presidente de la Casa Blanca, Donald Trump, los presidentes congoleño y ruandés, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, firmaron un acuerdo de paz en Washington. Ayer, el M23 anunció la retirada de sus fuerzas de Uvira, en Kivu del Sur, "como lo solicitaron los mediadores estadounidenses". Sin embargo, no especificó un plazo para la retirada, sobre todo porque, según fuentes de prensa, grupos milicianos seguían ocupando la ciudad esa noche, patrullando puntos estratégicos y carreteras.
Las incógnitas sobre el terreno
Actualmente, afirma el prelado, "reina una aparente calma en Uvira: ya no hay ráfagas de balas por todas partes, ni hay tanta violencia contra la población como antes, pero la gente sigue siendo cautelosa, dadas las experiencias pasadas y lo que ha sucedido recientemente en Goma, Bukavu y Kamanyola", explica, en clara referencia a los ataques contra civiles de principios de este mes, justo cuando se firmaba en Washington el acuerdo entre los presidentes congoleño y ruandés.
Ahora, «como todos», continúa Monseñor Muyengo Mulombe, «hemos tenido conocimiento de la decisión del M23/AFC (Alianza del Río Congo, una coalición de grupos rebeldes en la que el M23 es el principal) de retirarse unilateralmente de Uvira, de acuerdo con la petición de la «mediación estadounidense» y también de algunos países de la UE, como Bélgica; es decir, en el marco de los acuerdos firmados en Doha y ratificados en Washington. «Esto es positivo, pero deja muchas preguntas sin respuesta», reflexiona el obispo. Se pregunta si esta decisión afecta «solo a Uvira o también a los alrededores» de la ciudad, ya que «mientras tanto, siguen avanzando hacia el sur, adentrándose en el territorio de Fizi, hacia Kalemie, en Katanga». También se pregunta qué ocurrirá con «otras ciudades que han caído anteriormente, como Bukavu, Goma, Misisi y Rutshuru». Y otra pregunta: «Si Estados Unidos y otros pueden ahora imponer con autoridad tal decisión, ¿por qué no lo hicieron antes para evitar tantas víctimas?».
El obispo transmite luego el pensamiento de los habitantes de Uvira: "Para muchos aquí, esta decisión forma parte de una estrategia, de una maniobra para apaciguar a la comunidad internacional", cuando en realidad se trataría de una especie de "balcanización del país".
Un diálogo inclusivo
Mientras tanto, la crisis humanitaria es extremadamente grave, agravada aún más en comparación con las cifras proporcionadas por las Naciones Unidas a principios de 2025, cuando al menos 4,6 millones de personas se encontraban desplazadas internamente entre Kivu del Norte y Kivu del Sur. En los últimos días, «hemos elaborado un plan de emergencia», explica, «que hemos presentado a algunos amigos en Francia, Italia y también a nuestro gobierno. Estamos esperando respuestas, pero mientras tanto, la gente, especialmente muchos niños, mujeres, ancianos y enfermos, sigue sufriendo, si no muriendo, de hambre, sed, agotamiento, frío y enfermedades», advirtió Monseñor Muyengo Mulombe.
La Iglesia local, añadió, permanece con el pueblo, que una vez más recibió el apoyo del Papa León XIV el domingo. Inmediatamente después del rezo del Ángelus, el Pontífice expresó su «profunda preocupación» por la reanudación de los combates en la zona oriental de la República Democrática del Congo, instando a «las partes en conflicto a cesar toda forma de violencia y a buscar un diálogo constructivo, respetando los procesos de paz en curso».
«En Uvira», relata el prelado, «difundimos en nuestra Radio Notre Dame de Tanganyika y a través de diversas redes sociales diocesanas la preocupación del Papa por el fin de esta violencia y por un firme compromiso de todos con el proceso de paz, que requiere principalmente un diálogo inclusivo, como también instan los obispos de la CENCO (Conferencia Episcopal Nacional del Congo) y la ECC (Iglesia de Cristo en el Congo)». El diálogo inclusivo, observa Monseñor Muyengo Mulombe, es una vía que reduciría el riesgo de «vender los recursos del país», desde el oro hasta el coltán, a «quienes dicen venir a liberarnos, cuando en realidad buscan nuestras tierras, nuestros recursos, nuestros minerales raros y estratégicos, y nuestra esclavitud».
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí