Migrantes: Preocupación por la erosión del derecho de asilo en la Unión Europea
Stefano Leszczynski – Ciudad del Vaticano
A finales de 2024, el desplazamiento forzado a nivel mundial alcanzó la cifra récord de 123,2 millones, y tres de cada cuatro refugiados se encontraban en países de ingresos bajos o medios. Solo en 2024, los desastres ambientales provocaron 46 millones de desplazamientos relacionados con el clima.
Italia va contra la corriente
Mientras que las solicitudes de asilo están disminuyendo en toda Europa, Italia registró un máximo histórico en 2024: casi 159.000 solicitudes. Sin embargo, las denegaciones también están aumentando: un 64 % en 2024 y un 69,5 % en el primer semestre de 2025. Además, el 67 % de los solicitantes de asilo vive en relativa pobreza, en comparación con el 17 % de los italianos.
Un sistema cada vez más restrictivo
El Informe denuncia las políticas restrictivas en Estados Unidos bajo la administración Trump y destaca los riesgos del nuevo Pacto Europeo sobre Migración y Asilo, que entrará en vigor en 2026. Italia también ha sido criticada por no involucrar a la sociedad civil en el plan de implementación.
Mariacristina Molfetta , coeditora del Informe junto con Chiara Marchetti, declaró a los medios del Vaticano: «El número de quienes logran llegar a la UE y a Estados Unidos ha estado disminuyendo durante años. El problema es que nadie parece querer abordar las causas subyacentes que llevan a las personas a huir de sus países: las guerras están en aumento, el cambio climático no se está abordando, mientras se diseñan mecanismos para mantener a las personas fuera de Europa o para erosionar sus derechos una vez que entran en Europa».
Una infraestructura de exclusión
Las investigaciones definen el sistema italiano como un conjunto de espacios marginados: colas en comisarías, expulsiones repentinas, centros de repatriación y el debilitamiento de los programas de acogida. Ante esta situación, explica Monseñor Pierpaolo Felicolo , director general de la Fundación Migrantes, «la Iglesia reitera la necesidad de una acogida atenta, inteligente y receptiva. Los migrantes, y especialmente quienes buscan protección, deben recibir apoyo mediante programas personalizados».
El llamamiento
Migrantes insta a las instituciones y a la sociedad civil a reorientar su atención hacia el derecho de asilo, la humanidad y el bien común. «Después de ver y escuchar», dice el obispo Pierpaolo Felicolo, «es necesario posicionarse y tender la mano: así es como concretamos la esperanza».
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