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El cardenal Claudio Gugerotti con el nuevo arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica rumana, Claudiu-Lucian Pop (Foto Arcieparquia de Bla) El cardenal Claudio Gugerotti con el nuevo arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica rumana, Claudiu-Lucian Pop (Foto Arcieparquia de Bla)   (Foto Arcieparchia di Bla)

Gugerotti en Rumanía: la unión con la Iglesia greco-católica es nuestro orgullo

El Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales participó el sábado en la catedral de Blaj en la ceremonia de entronización del nuevo arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica rumana, Claudiu-Lucian Pop.

Giovanni Zavatta - Ciudad del Vaticano

«Ya nos hemos comprometido a recibirles en Roma para una concelebración con el Papa, con el fin de mostrar lo que significa la comunión de las Iglesias. ¡Esta es su característica! Son orientales, son una Iglesia, y una Iglesia que sufre, en plena comunión con el Papa de Roma. Son nuestro orgullo, nuestra esperanza, nuestro afecto». Es uno de los pasajes más significativos del saludo que el cardenal Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, Claudio Gugerotti, dirigió a su beatitud Claudiu-Lucian Pop, entronizado el sábado pasado en la catedral de Blaj, arzobispo mayor de Făgăraş şi Alba Iulia de los rumanos, convirtiéndose en guía de la Iglesia greco-católica rumana. El pasado 6 de noviembre, León XIV concedió al prelado la confirmación de la elección canónica por parte del Sínodo de los Obispos de la Iglesia greco-católica rumana, reunido en Roma en el Pontificio Colegio Pío Rumano.

Alegría y fraternidad

Gugerotti —que definió los «ojos afectuosos y llenos de emoción» de la madre de Pop como «la imagen más adecuada para expresar este reencuentro nuestro, con alegría y fraternidad» — confirmó la cercanía de la Santa Sede y, en particular, del Dicasterio para las Iglesias Orientales, que «nació para ustedes» y «está a la espera de saber qué puede hacer, qué debe hacer para facilitarles la vida y hacer que la de sus fieles sea más alegre y más convencida. Esta es la bendición que el Papa León les imparte a ustedes y a toda su Iglesia».

El recuerdo del cardenal Mureşan

En la ceremonia de entronización también estuvo presente el arzobispo Giampiero Gloder, nuncio apostólico en Rumanía y Moldavia, quien señaló que «la presencia de la Iglesia rumana unida a Roma, greco-católica, ha marcado la historia y sigue marcando hoy el camino de esta nación, promoviendo los valores cristianos que son la base de su cultura e identidad, al igual que son la base de la cultura y la civilización europeas». Monseñor Gloder, invocando «la acción del Espíritu Santo» para que «acompañe el ministerio» de Su Beatitud Pop, recordó a continuación que «aún está vivo en nuestro corazón el recuerdo del cardenal Lucian Mureşan, que fue un guía sabio y valiente para la Iglesia greco-católica rumana unida a Roma, tras los años oscuros del régimen comunista, iluminados, sin embargo, por el testimonio de los mártires que conservaron intacta su fe en Dios, su inquebrantable fidelidad a la Iglesia y su firme comunión con el Obispo de Roma».

Los mártires greco-católicos

En la homilía de la misa, el arzobispo mayor de Făgăraş şi Alba Iulia de los rumanos recordó «con profunda gratitud el día 2 de junio, cuando, en la fiesta de los Beatos Mártires greco-católicos, Su Santidad el Papa León nos recibió en la Capilla Sixtina para celebrar al cardenal Iuliu Hossu». Y agradeció al cardenal Gugerotti porque, el 1 de junio, durante una celebración, dijo que «depositaría las reliquias del beato Hossu en la tumba de San Pedro porque ese es su lugar, por el testimonio de fe y la vida sacrificada». Un gesto, concluyó Pop, que «ilustra simbólicamente el aprecio de la Santa Sede por su heroica fidelidad».

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17 noviembre 2025, 16:07