Obispo Fekete: Los católicos azerbaiyanos están orgullosos de ser Iglesia
Francesca Sabatinelli – Ciudad del Vaticano
El primer gran hito para los católicos de Azerbaiyán fue cuando, en 2011, se publicó el primer volumen de la Biblia en lengua azerbaiyana, gracias a la colaboración con la Sociedad Bíblica. Luego estuvo el trabajo de traducir el misal para poder celebrar en azerí y luego, después de la visita de Francisco -era 2016 y era el segundo pontífice que visitaba el país después de Juan Pablo II en 2002- llegamos, ad experimentum , a celebrar la misa en lengua azerí. Recorriendo los pasos de la pequeña comunidad católica en el país del Cáucaso Sur está el Prefecto Apostólico de Azerbaiyán, Monseñor Vladimír Fekete, Obispo eslovaco de los Salesianos de Don Bosco, en Roma estos días con motivo de la XII Conferencia “Cristianismo en Azerbaiyán: Historia y Modernidad”, organizada por la Embajada de la República de Azerbaiyán ante la Santa Sede y celebrada en la Pontificia Universidad Gregoriana, que recibió los saludos del Cardenal Claudio Gugerotti, Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, y del Cardenal George Jacob Koovakad, Prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso.
El idioma azerí en Vatican News
El de monseñor Fekete, es un excelente tertimonio del importante camino recorrido en los últimos años por la comunidad católica, que hoy, explica a los medios vaticanos, «está empezando a ser una Iglesia local, donde los azeríes pueden expresarse en su lengua y cantar sus canciones. Una Iglesia que hoy también tiene su propia página en su idioma en el sitio web de Vatican News —continúa con satisfacción—, que se convierte en un puente y que puede ayudar a nuestra Iglesia a ser no la de los extranjeros, sino la de los azeríes».
Los católicos azeríes son gente sencilla, añade el obispo, que han encontrado “una segunda familia y un apoyo válido” en la comunidad católica. En sus palabras, el recuerdo de cuando, en 2017, el Papa ordenó a Behbud Mustafayev, el primer sacerdote de origen azerí, fue una ocasión para que los católicos del país acudieran a Roma. Entraron en la Basílica de San Pedro, maravillados y encantados por la grandeza y la belleza, así como por toda esa parte del mundo. Ellos, que en toda su vida nunca habían salido de Azerbaiyán, para quienes el mundo católico consistía en una pequeña iglesia, una pequeña capilla. Claro, ahora tenemos la iglesia de la Inmaculada, pero entonces ciertamente no tenían idea de lo que significaba la vida en países cristianos.
Hambre de espiritualidad
Lo importante, subraya, es que el Vaticano también los visita. Juan Pablo II y el Papa Francisco nos han visitado, el cardenal secretario de Estado Parolin ha venido dos veces, y cardenales y obispos nos visitan con frecuencia. Todo esto les hace sentir parte de una gran familia que tiene a sus líderes en Roma. Se sienten orgullosos de recibir estas visitas, como lo están ahora de la página en azerí del sitio web de Vatican News. Cuando comenzamos nuestra misión en el país, ni siquiera teníamos la Biblia en azerí, el último sacerdote había sido asesinado en 1930 y el Vaticano nunca había llegado a esta tierra. Hoy, los católicos han comprendido que la Iglesia en Azerbaiyán ha dado pasos importantes, y están muy orgullosos de ello. Los católicos con sus historias y sus vidas son más importantes que los números y los datos, porque las historias, concluye el obispo, nos hacen comprender "que podemos vivir nuestra fe y que podemos dar y recibir respuestas al hambre de espiritualidad".
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