Presentan la nueva traducción literaria ecuménica del Nuevo Testamento
Antonio Tarallo – Ciudad del Vaticano
La Palabra está viva y es vida. Esto quedó bastantemente claro en la presentación de este 25 de febrero, de la nueva traducción literaria ecuménica del Nuevo Testamento, que tuvo lugar en la iglesia valdense de Piazza Cavour, en Roma. Un evento único, presentado por la Sociedad Bíblica en Italia, que contó con la participación, además de una numerosa audiencia, de un coro multifacético de voces de diferentes confesiones religiosas. Muchas fuerzas en el campo por un único gran objetivo: hacer que el texto del Nuevo Testamento sea cada vez más accesible al mayor número de lectores. Un esfuerzo sobrehumano – según los propios traductores – que vio involucrados a católicos, ortodoxos y evangélicos en este rico y precioso borrador. El evento, coordinado por el profesor Daniele Garrone, presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas en Italia, fue inaugurado con un saludo en vídeo del cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y arzobispo de Bolonia, y con la lectura de un mensaje del cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. A continuación, siguieron las intervenciones de las diferentes voces implicadas en este evento que ha visto "converger a todos juntos en la Palabra y que así nos permite a todos converger en Cristo", así lo afirmó el cardenal Bassetti, ex presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, quien subrayó cómo la Biblia, especialmente en un mundo dividido como el de hoy, logra ser para todos "una lámpara que ilumina y un espejo en el que cada uno puede mirarse".
La importancia de la traducción ecuménica
El cardenal Bassetti, hablando con los medios vaticanos, expresó su esperanza también en una traducción del Antiguo Testamento, porque podría ser "uno de los signos ecuménicos más bellos de este siglo que comenzó tan agitado". La mirada, pues, se dirige al mundo de hoy: «Por desgracia, también entre los cristianos no han faltado las dificultades, también después de la guerra en Ucrania. Éstas son las maravillas: mientras los vientos de tormenta azotan la superficie, el Espíritu trabaja dentro, trabaja debajo, trabaja por la comunión y – casi sin que todos lo sepan – ha realizado una obra maravillosa para el ecumenismo, para la unidad de los cristianos, para la oración incluso con las mismas palabras». En cambio, el obispo Dionysios Papavasileiou, de la Santa Arquidiócesis Ortodoxa de Italia (Patriarcado Ecuménico), quiso subrayar la importancia de esta nueva traducción “ecuménica”: en su propiedad literaria intrínseca, las palabras pueden tener “interpretaciones diferentes” y esto puede convertirse en un gran problema para “encontrarnos a mitad de camino”. En cambio, esta nueva traducción consigue finalmente ser el «primer instrumento que nos da la posibilidad de trabajar juntos, convirtiéndose así en una ayuda válida para toda la Iglesia».
La importancia de la traducción ecuménica
El cardenal Bassetti, hablando con los medios vaticanos, expresó su esperanza también en una traducción del Antiguo Testamento, porque podría ser "uno de los signos ecuménicos más bellos de este siglo que comenzó tan agitado". La mirada, pues, se dirige al mundo de hoy: «Por desgracia, también entre los cristianos no han faltado las dificultades, también después de la guerra en Ucrania. Éstas son las maravillas: mientras los vientos de tormenta azotan la superficie, el Espíritu trabaja dentro, trabaja debajo, trabaja por la comunión y -casi sin que todos lo sepan- ha realizado una obra maravillosa para el ecumenismo, para la unidad de los cristianos, para la oración incluso con las mismas palabras». En cambio, el obispo Dionysios Papavasileiou, de la Santa Arquidiócesis Ortodoxa de Italia (Patriarcado Ecuménico), quiso subrayar la importancia de esta nueva traducción “ecuménica”: en su propiedad literaria intrínseca, las palabras pueden tener “interpretaciones diferentes” y esto puede convertirse en un gran problema para “encontrarnos a mitad de camino”. En cambio, esta nueva traducción consigue finalmente ser el «primer instrumento que nos da la posibilidad de trabajar juntos, convirtiéndose así en una ayuda válida para toda la Iglesia».
El importante trabajo de investigación
Pero ¿es realmente necesaria una nueva traducción? Esta es la pregunta que inspiró el discurso de la diácona Alessandra Trotta, moderadora de la Mesa Valdense. La respuesta es sencilla, clara, concisa: sí, porque el volumen – publicado por Elledici en colaboración con la Sociedad Bíblica en Italia – sigue siendo un "signo de pasión evangélica". Es fundamental, de hecho, que exista este sentido cada vez mayor de búsqueda: las palabras de la Palabra (la aliteración siempre necesaria) deben ser «cada vez más comunicativas» porque necesitan ser «comprensibles en el mundo de hoy, dignas de esa belleza que es la Palabra». Por estos motivos, las páginas del nuevo volumen son también el fruto de una investigación, de una labor limae, que ha visto a los diversos traductores empeñados en la búsqueda de un bien literario que pueda reproducir el mundo del texto bíblico en un lenguaje refinado, sofisticado, que pueda sobre todo producir unidad más que divisiones, "que derribe muros", concluye Trotta, que se declara satisfecha del trabajo realizado, "de este proyecto extraordinariamente ecuménico que se ha realizado con muchas competencias, con mucha pasión, unidos por el amor a la Escritura que es el fundamento de nuestra fe". Una traducción, pues, que merece elogios de Lénart de Regt de la Alianza Bíblica Universal. En el centro de las intervenciones de Don Luca Mazzinghi, presidente de la Sociedad Bíblica en Italia, y de Mario Cignogni, secretario general de la misma institución bíblica (que firmaron respectivamente la Presentación y la Nota del Coordinador del volumen), está el tema del trabajo textual de todos aquellos que han colaborado en la redacción de la nueva traducción literaria del Nuevo Testamento. «Traducir – dice Mazzinghi – es un trabajo que nunca termina y esto es especialmente cierto en el caso de la Biblia: la lengua meta evoluciona, el conocimiento de los textos antiguos se profundiza, la Palabra de Dios se entiende cada vez mejor». Además, Mazzinghi siempre precisa, la presente traducción «no pretende en absoluto sustituir las traducciones actualmente en uso en las diversas Iglesias, sino más bien situarse junto a ellas». Las palabras del volumen nacieron gracias al criterio de "equivalencias formales, es decir, adhiriendo al texto original griego tal como fue publicado en el Novum Testamentum Graece, del cual se han evaluado algunas variantes", precisó Cicogni, subrayando cómo esta nueva versión italiana del Nuevo Testamento puede estar abierta a "nuevas incorporaciones futuras".
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