Jubileo. Fones: La versión latinoamericana del Himno es una muestra de inculturación
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Esta versión del Himno del Jubileo trata de reunir diversas tonalidades de distintos países Latinoamericanos. El foco fundamental, más que folclórico propiamente tal, es urbano. Ha incorporado al tema original guitarras acústicas, eléctricas, charango, ukelele y, todo tipo de percusiones, algunas acústicas y otras digitales”. Con estas palabras el padre Cristóbal Fones, Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, y músico chileno, describe la versión Latinoamericana y Caribeña del Himno del Jubileo de 2025, “Peregrinos de Esperanza”, que fue lanzado este 12 de febrero por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM).
La inculturación de “Peregrinos de Esperanza”
Para el jesuita chileno, esta versión Latinoamericana de “Peregrinos de Esperanza” responde muy bien a la invitación de la Iglesia universal que, “quiere que el Evangelio sea conocido y acogido desde donde estamos cada uno de nosotros, es decir, que sea inculturado”. En ese sentido, este maravilloso Himno compuesto por Pierangelo Sequeri en Italia, y “que tiene una perspectiva musical europea, es muy positivo que sea también conocido, acogido y reinterpretado desde las diversas culturas y regiones” como parte de una celebración universal.
La iniciativa del CELAM
Esta versión del Himno del Jubileo es una adaptación que el CELAM encargó al cantante y compositor venezolano Juan Delgado – ganador de un Grammy en 2019 – quien convocó a un nutrido grupo de músicos católicos de todo el continente. Según ADN CELAM, el compositor venezolano llevó la dirección creativa de esta versión latinoamericana y caribeña y explicó que usaron ritmo de batucada y agregaron beats modernos que “son muy conocidos dentro de la música popular en Latinoamérica, como es el reggaetón y otros ritmos urbanos”. Además, incluyó el charango, un instrumento andino utilizado en música folclórica de Argentina, de Bolivia, de Chile; como también percusión brasileña.
La colaboración de artistas de todo el Continente
En el proyecto participaron músicos católicos de todo el Continente, entre ellos: Cristóbal Fones, SJ (Chile – Italia), Kairy Márquez (USA- República Dominicana), Vero Sanfilippo (Argentina), Martin Valverde Rojas (Costa Rica- México), Paulina Rojas (Chile – Colombia), Azeneth González (México), Celinés Díaz (República Dominicana), Fruto Del Madero: Tomas Romero, Sofia Romero y Nicolas (Colombia). También participaron Pablo Martínez (Argentina), Ana Bolívar (Colombia), Itala y Juanjo (Perú y Paraguay), Marco López (Chile – México), Juan Pablo Alvarado (Ecuador), Kenia Moreno (Panamá), Silvia Mariela Vera (Paraguay), Joaquín Chávez (Argentina), Coro Levi (Miami).
Aquí puedes descargar y acceder a la versión latinoamericana del Himno del Jubileo en la plataforma de tu preferencia https://bit.ly/4aVfCxW
Dialogando con el padre Cristóbal Fones le preguntamos: ¿Por qué realizar una versión latinoamericana y caribeña del Himno del Jubileo? ¿Cómo surgió esta iniciativa?
“En primer lugar, pienso que responde muy bien a la invitación de la Iglesia universal que quiere que el Evangelio sea conocido y acogido desde donde estamos cada uno de nosotros, a eso le llamamos inculturación en el proceso de la Nueva Evangelización. En ese sentido, este maravilloso Himno compuesto acá en Roma por Pierangelo Sequeri, obviamente tiene una perspectiva musical -como debe ser-, europea, y desde este país en particular. Pero es necesario que eso también sea conocido, acogido y reinterpretado desde las diversas culturas. En este caso, el CELAM ha querido tener esta versión latinoamericana y caribeña y, por lo tanto, ha involucrado a distintas personas. Lo que ha sido también una excusa (…), de un trabajo sinodal muy interesante, que también va en la línea de lo que la misma Iglesia universal nos está pidiendo desde el Papa Francisco y todos nuestros obispos”.
Como artista y religioso, ¿cómo ha sido su participación en la realización de esta versión latinoamericana de Peregrinos de Esperanza?
“Bastante casual. La verdad es que no estaba planeado. Pero el año pasado fui a visitar la realidad de la Red de Oración en Estados Unidos y en uno de mis viajes me encontré con Juan Delgado, amigo y compositor, con quien ya estaban trabajando desde el CELAM este tema. Él tenía esta encomienda de parte del Consejo Episcopal y como él sabía que venía de Italia me dice: ‘oye, ¿conoces esta partitura, esta canción? Le dije sí, creo que la había escuchado alguna vez’. Me metió al estudio de grabación y me hizo grabarla para que fuera como una maqueta, de alguna manera que pudiera ayudarle a pensar en los nuevos arreglos.
Yo en ese momento no escuché la versión que hoy día estamos escuchando. Añadí mi voz obviamente. El ritmo era más acelerado, pero no tenía ninguna de las percusiones ni las instrumentaciones que tiene hoy, y entiendo que esa maqueta sirvió para poder después invitar a los otros cantantes a participar y crear lo que hoy día estamos escuchando y que se ha hecho con genialidad. Entonces, estoy un poco en la prehistoria de este arreglo más que en el resultado final, aunque yo creo que Juan, por delicadeza y por cariño, dejó mi voz también como solista y en algunas otras partes como coro, añadiendo también mi participación a la que fue más profesionalmente hecha luego por los cantantes implicados”.
Cómo músico chileno, ¿podría decirnos qué ritmos latinoamericanos están presentes en esta versión del Himno? ¿Qué instrumentos musicales se han utilizado?
“Es una versión extraña, en el sentido de que trata de reunir diversas tradiciones musicales y hacerle un guiño a distintos países. Ahora, el foco fundamental, más que folclórico es urbano. Trata de ser una versión que “suene” a la música que la mayoría de las personas está escuchando, pero con la profundidad que requiere un texto y una melodía como el que aquí se presentan. Pero evidentemente es una canción que ha incorporado no solamente el órgano, como es en el original, sino que incluye guitarras acústicas, guitarras eléctricas, charango, ukelele, todo tipo de percusiones, algunas son acústicas y otras son digitales. Yo diría que es como una síntesis que une lo folclórico con lo urbano. Hay ritmos de Argentina, de Bolivia, de Chile, pero también van a percibir la percusión brasileña… Creo que todo esto contribuye a un resultado bastante interesante, innovador, que trae un aire fresco a algo que ya es suficientemente profundo como es la propuesta del Himno original”.
Padre Cristóbal, ¿cuál es el mensaje que nos transmite el Himno “Peregrino de Esperanza” de este Jubileo?
“Es un texto muy bonito. Si ustedes se fijan la palabra que más se repite es ‘llama viva para mi esperanza’. O sea que entendemos que Dios no es un objeto; no es una cosa inerte, que está ahí ante nuestros ojos para ser adorada, sino que es un verdadero ardor vivo que nos trae esperanza. Y deseamos que toda nuestra vida, que aquí se traduce como nuestro canto, llegue hasta Él, porque Él es el seno, es donde está concentrada toda la Vida verdadera. En ese sentido, (este himno) ayuda mucho porque la idea de este Año Jubilar es movilizarnos y hacernos peregrinos hacia Él, peregrinos hacia la fuente de esa esperanza o esa ‘llama viva’, que es el Señor. Luego, las estrofas van repitiendo un poco esta idea: que todos los pueblos encuentren luz en su Palabra; que aunque somos frágiles, que estamos dispersos, somos acogidos por su Hijo Jesús; que Él nos cuida, que es tierno con nosotros, pacientes. O sea, todas las razones por las cuales hoy día celebramos que, aún en medio de tanta dificultad, estamos fundados en una esperanza. Y una esperanza viva, no es una esperanza declarada como un texto muerto, sino que es una persona. Nosotros no creemos en una doctrina, sino ante todo en “alguien” que nos moviliza, que nos pone en camino, que nos hace peregrinos y que despierta en nosotros, una esperanza verdadera, que es muy distinta a solamente tener alegría u optimismo. La esperanza, como bien nos ha recordado el Papa Francisco, apunta a algo mucho mayor y entonces el texto tan profundo que está compuesto acá creo que también adquiere una proximidad a nuestra sensibilidad latinoamericana a través de esta versión. Aprovecho de felicitar a todos los que estuvieron implicados en ella porque espero, confío, sea también una razón para celebrar y seguir caminando juntos en América Latina y el Caribe”.
A pocas horas de iniciar el Jubileo de los Artistas, que se realizará del 15 al 18 de febrero, ¿cuál sería el mensaje que daría a los artistas que van a venir a Roma para vivir este Jubileo?
“Primero, una acción de gracias porque se han dejado tocar el corazón y han puesto su talento al servicio de la vida, del amor, que es lo fundamental en la misión de la Iglesia. Lo que nos dejó Jesús: ‘ámense unos a otros como yo los he amado’. Y toda arte que se transforma en gestos de amor produce frutos, porque el amor es fecundo. A veces no los vemos inmediatamente, pero cada pintura bien hecha, cada música realizada con amor, con cuidado, con excelencia, cada escrito poético que ha sido inspirado, que ha pasado por el corazón, contribuye a hacer este mundo más humano y colabora con la misión del Reino de Jesús. Entonces, mi primera palabra es de gratitud. Los artistas no son un complemento, no son un adorno en la misión de la Iglesia para hacerla más bonita o más interesante o más atractiva, sino que son realmente mensajero de la belleza de Dios en medio de su pueblo. En ese sentido, son apóstoles; mujeres y hombres enviados por el mismo Jesús como colaboradores de esta misión de compasión, de consolación”.
“Y lo segundo que les diría, y yo también como artista me lo digo a mí mismo: mantengámonos con los ojos muy abiertos, con una mística comprometida para que nuestra arte no sea solamente gozarnos en nuestra propia belleza o en lo que producen nuestras manos o nuestro pensamiento, sino que realmente conecte con los pueblos, con las personas, con los desafíos de la humanidad. Particularmente, que nuestra arte no sea un arte de las élites, sino que sea para los que sufren, para los más vulnerables, que llegue hasta todos los rincones. A, veces el arte se va sofisticando de una manera que termina siendo casi excluyente, porque son unos muy poquitos que tienen dinero para acceder a ella. ¿Cómo reinventar desde la creatividad y la fidelidad un arte que sea realmente vitalizadora para todos o para la mayoría y especialmente para aquellos que necesitan más belleza en su vida cotidiana?”.
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