Obispos panameños llaman a la unidad y la transformación social
Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano
En el contexto de la 222ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP), celebrada entre el 6 y el 10 de enero de 2025, los obispos de la nación centroamericana dirigen una profunda reflexión sobre la situación actual del país, la espiritualidad cristiana y el llamado a la acción. La exhortación, inspirada en un versículo de la primera carta de San Pedro ("Dar razón de nuestra esperanza"), invita a los ciudadanos, y especialmente a los miembros de la Iglesia, a vivir un Año Jubilar cargado de transformación, unidad y esperanza, con el propósito de construir una nación más justa y reconciliada.
Un año de gracia: el Jubileo de la Esperanza
Los pastores plantean el Jubileo de 2025 como un tiempo de gracia para fomentar la renovación espiritual personal y colectiva, instando a los fieles a reflexionar sobre el sentido de la vida y a renovar sus corazones con los valores del Evangelio. A través de la Bula de Convocatoria del Año Santo Spes non confundit (“La esperanza no defrauda”), el Papa nos recuerda que la esperanza cristiana es una fuerza transformadora, capaz de superar las adversidades y contribuir al bienestar de todos.
El Jubileo es, por tanto, un llamado a la conversión, al perdón y a la restauración de las relaciones rotas en la familia, en la comunidad y en la sociedad. Es un tiempo de reflexión y discernimiento para afrontar los retos del presente con determinación, construyendo una sociedad más solidaria, inclusiva y respetuosa de la dignidad humana.
Panamá frente a desafíos históricos
En este marco de esperanza, los pastores identifican cuatro grandes desafíos que enfrenta Panamá en el presente: la reforma urgente de la Caja del Seguro Social, la posible reapertura de la mina, el problema del agua para el consumo de la población y la operación del Canal, y la necesidad de elaborar una nueva Constitución.
De acuerdo con el mensaje, estos temas, de vital importancia para el desarrollo y bienestar nacional, requieren un enfoque basado en el diálogo, la honestidad y el respeto mutuo, buscando siempre el bien común y el cuidado de la "Casa Común".
La Iglesia que peregrina en Panamá subraya la importancia de abordar estos problemas con una visión de largo plazo, sin recurrir a la violencia ni a la destrucción de lo que ya ha sido logrado con esfuerzo. En este sentido, aseguran que es un momento histórico decisivo, en el cual la unidad y el compromiso de todos son esenciales para avanzar en la construcción de una nación más justa y reconciliada.
Recordando la historia: la Gesta del 9 de enero de 1964
La conmemoración de los 61 años de la Gesta del 9 de enero de 1964, en la que el pueblo panameño defendió su soberanía, es un recordatorio de los sacrificios realizados para preservar la integridad nacional. En un contexto de creciente tensión sobre la soberanía y la identidad panameña, los prelados llaman a los fieles a mantener viva la memoria histórica y a promover los valores que han forjado la identidad del país.
La exhortación de la CEP incentiva a rechazar la indiferencia y a abrazar los principios de unidad, justicia y paz. Estos ideales deben ser enseñados y vividos, especialmente por las nuevas generaciones, para que el amor por Panamá se traduzca en compromiso social y en el fortalecimiento de los lazos de fraternidad entre todos sus ciudadanos.
Llamado a la Iglesia: acompañar y transformar
Los obispos han renovado la apelación a la Iglesia a ser una comunidad que acompaña, escucha y camina junto a los empobrecidos, reconociendo en cada ser humano el rostro de Cristo, haciendo resonar el mensaje del Secretariado de Episcopados de Centroamérica (SEDAC) de noviembre de 2024. Por tanto, la invitación es a ser no solo buenos cristianos, sino además buenos ciudadanos, comprometidos con la transformación social y el cuidado de los más necesitados.
En este Jubileo de la Esperanza, la Iglesia panameña está llamada a ser un agente de cambio, trabajando para fortalecer los vínculos interpersonales, restaurar la confianza social y promover un desarrollo más justo y equitativo para todos. En este contexto, exhorta a vivir una solidaridad activa con las causas sociales, apoyando la justicia y la dignidad de las personas, especialmente las más marginadas.
Solidaridad con República Dominicana y Venezuela
En un mundo interconectado, la Conferencia Episcopal manifiesta su solidaridad con los pueblos hermanos de República Dominicana y Venezuela. En la primera, se ha condenado el abuso de poder de la empresa minera Barrick Gold contra comunidades vulnerables, mientras que en el caso de Venezuela, se insta a la paz, el respeto a la voluntad popular y la reconciliación nacional.
Un futuro de esperanza
El Año Jubilar que hemos comenzado a vivir es una invitación a caminar juntos, como comunidad, hacia un futuro de esperanza y transformación. En palabras de los obispos, es un tiempo para recuperar la confianza en los vínculos humanos, fomentar relaciones de paz y construir una sociedad que promueva el bienestar común, la justicia social y la dignidad humana.
La CEP solicita vivir a plenitud este Jubileo de la Esperanza como un tiempo de gracia que impulse la conversión personal y social, la renovación espiritual y el cuidado de nuestra Casa Común. Los Obispos invocan la intercesión de Santa María la Antigua, Patrona de Panamá, para que siga acompañando al pueblo y alcance nuevas victorias "en el campo feliz de la unión".
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