Conflicto armado en Colombia. Obispo del Tibú: “matarnos no es el camino”
Johan Pacheco
En el Catatumbo, noreste de Colombia y fronteriza con Venezuela, se desarrollan enfrentamientos entre grupos al margen de la ley que ya dejan más de 80 muertos, centenares de familias desplazadas, y la suspensión de los Diálogos de Paz que desarrollaba el Estado con las tropas armadas.
El Obispo de la Diócesis de Tibú, monseñor Israel Bravo, en conversación con Radio Vaticana - Vatican News explicó que el origen del actual enfrentamiento se debe “a las diferencias entre las dos fuerzas revolucionarias que están en la zona y los grupos al margen de la ley que han estado, pues ahí, en diferencias de planteamiento de sus realidades que los tienen en combate con el Estado colombiano”.
“Y bueno también -relata el Prelado- el problema de la pasta de coca que producen, el dominio del territorio, y estan generando, la confusión y la situación a la que hemos llegado. Hubo un detonante que fue la muerte de una familia, el esposo, la esposa y un bebe de 8 meses”.
Desplazamientos migratorios
La Diócesis de Tibú ha dispuesto algunos lugares del seminario, y el "Centro Papa Francisco" que fue creado hace algunos años para atender a los migrantes venezolanos, y ahora albergará a los desplazados de las diversas veredas que huyen de la violencia armada. Algunos migrantes colombianos también se están refugiando en comunidades venezolanas.
El Obispo de Tibú estima que las graves consecuencias de estos enfrentamientos son “niños, familias desesperadas, gente saliendo del territorio, un desplazamiento masivo hacia la ciudad de Cúcuta; y pues pérdidas millonarias también, porque, todo eso está dejando fincas abandonadas con especies mayores y menores de ganado, en fin, con casas que ya nadie va a cuidar y empieza a darse un clima de desolación de mucho miedo”.
Peregrinos de esperanza con las víctimas de la violencia
El llamado del Obispo a quienes generan la violencia armada es “a que entren en razón a que sí, dándose cuenta que eso de matarnos no es el camino y que derramar más sangre en un territorio que ha sido siempre manchado por la sangre de hombres y mujeres inocentes o no tan inocentes, pero que es derramamiento de sangre de seres humanos, pues como dice el libro del Génesis, ‘la sangre del hermano grita al cielo’, que entendamos que ese no es el camino”.
Monseñor Israel Bravo destaca que este tiempo de Jubileo para la Iglesia católica les ayuda a mantener la esperanza en un futuro mejor para los territorios del Catatumbo: “aquí estamos como peregrinos de la esperanza al encuentro de Jesucristo con las víctimas de la violencia, con las víctimas de los conflictos armados”.
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